En el pádel, al igual que en otros deportes, todo el que lo practica corre el riesgo de sufrir lesiones si no mantiene una rutina en ciertos aspectos. En cuanto a pádel se refiere, las lesiones musculares son algo a veces olvidado, pues siempre se les suele dar más importancia a las provocadas en huesos y articulaciones, al ser por regla general de tipo más grave que las musculares.
Todo ello no significa que no debamos conocerlas y saber qué debemos hacer para evitarlas o cómo actuar en caso de que se produzcan.
Las lesiones musculares más comunes al practicar pádel son las siguientes:
Agujetas: son dolores punzantes que suelen surgir después del ejercicio físico severo o abusivo, soliendo ser más dolorosas a las 48 horas posteriores a la realización del mismo. El mejor tratamiento son los baños de agua caliente, masajes suaves, estiramientos controlados y administración de ácido acetilsalicílico.
Contusiones: son el aplastamiento de algún tejido por compresión. Suelen manifestarse en dolor concentrado en una zona y un hematoma que cambiará de color paulatinamente. En los 2-3 primeros días sólo se tratará con frío local y reposo muscular, pudiendo masajear suavemente la zona a partir del 4º día.
Calambres: son contracciones bruscas del músculo que comprimen fibras sensitivas dejando secuelas, los llamados dolores residuo, pudiendo derivar éstas en otro tipo de lesiónes, como pueden ser las contracturas. Los baños de agua caliente son el tratamiento paliativo más común cuando estos aparecen.
Distensiones: más comúnmente conocidas como “tirones” se producen al rebasar la elasticidad de un músculo o de un grupo de fibras musculares. En las primeras 48-72 horas sólo se aplicará hielo y reposo. Posteriormente, siempre transcurridos unos días, se podrán realizar masajes suaves en la zona afectada.
Roturas fibrilares o desgarro muscular: es una rotura parcial o completa de las fibras musculares a causa de un fuerte impacto. Pueden ser producidos por diferentes causas, como una tracción brusca, un estiramiento excesivo, una contracción abusiva o una contusión con el músculo en tensión.
En pádel esta lesión es frecuente sobre todo en músculos como los gemelos, isquiotibiales o cuadriceps, debido a los cambios de dirección y arrancadas.
Para tratarlos, los primeros días aplicaremos frío y compresión con reposo, y nunca un masaje pues está contraindicado. A partir de los 10-12 días siguientes a la lesión y siempre bajo valoración de un especialista, se realizarán técnicas de masaje para la recuperación de la rotura.
Medidas preventivas
Hemos hablado de cómo actuar en caso de que dichas lesiones se produzcan, pero nunca debemos olvidar la importancia de tomar medidas preventivas, tales como realizar un buen calentamiento antes de la práctica deportiva y una posterior secuencia de estiramientos al finalizarla. No forzarnos en caso de sufrir molestias o sobrecargas, pues éstas siempre derivarán en lesiones de mayor gravedad.
Algo también muy importante a tener en cuenta como medida preventiva es ejecutar de forma correcta y controlada los movimientos y ejercicios que se desprenden de la práctica deportiva, y en el caso del pádel el equipo que usemos influirá de forma directa en cada uno de los mismos.
De ahí la importancia de elegir una pala con con grips y overgrips adecuados, con la que evitaremos la aparición de molestias y problemas musculares, además de un calzado que se adapte bien a nuestra forma de pisar dentro de la pista.
Para la elección de la equipación perfecta confía siempre en el asesoramiento de profesionales, pues ellos facilitarán tu búsqueda.